Quedate conmigo es un relato de ciencia ficción ambientado en los alrededores de un pueblo de la provincia de Buenos Aires que se llama Napa, que probablemente tenga algunas características en común con Tandil, donde nació la autora. Allí, una tarde, la calma de una familia se quiebra por la caída de un meteorito. A partir de entonces la vida familiar y, sobre todo, la de una nena que se llama Tatiana, gira alrededor de la investigación de ese misterio. Inés Acevedo retoma el tono de su primera novela, Una idea genial, un espacio sensorial más que físico. En ese marco, un grupo de amigos con un espíritu que parece absorbido del cine preadolescente de los 80 (E.T., por mencionar un ejemplo) se alborota con el fenómeno que tiene lugar en vísperas de Navidad. El meteorito no cayó solo: una perrita androide con orejas de pony llamada Susi aparece entre los pastizales y se suma a la invasión. La referencia al cine no es para marcar alguna influencia puntual, pero, en cierta forma, la segunda novela de Acevedo despierta esas imágenes del inconsciente a medida que transcurren las páginas. El lector encontrará una fluidez parecida a la que entregan esas historias de aventuras protagonizadas por niños en la pantalla grande, imágenes que difícilmente huyan de la cabeza una vez llegados al punto final. Las historia está marcada por la gracia de un relato que Acevedo, a partir de ejercer la distancia (es usual oír de sus personajes la anécdota o el invento), expande a sus anchas. En definitiva, se trata de una narración con un registro infrecuente en la literatura argentina que, dada la soltura con la que lo trabaja, la autora parece conocer desde siempre.